capas de mujer

Historia de la capa

Con este post sobre la capa en la historia, inicio una nueva sección dedicada a las prendas de vestir, en la que haré un recorrido sobre sus variados estilos y diseños.

Diferencia entre capa y manto

Desde la antigüedad se han llevado capas y mantos, usadas como prendas exteriores para abrigarse, antes de que apareciera el abrigo a mediados del s.XIV. Las capas y mantos se caracterizaban por no llevar mangas y podían ser largos o cortos. Eran de uso común para hombres y mujeres.

Las capas pertenecen a la técnica del cortado y cosido, pues están elaboradas con piezas cosidas para adaptarse a la forma del cuerpo. No hay que confundirlas con los mantos y sus variantes, que son prendas de una pieza entera de tejido que envuelven el cuerpo u hombros y que pertenecen a la técnica del drapeado. (De estos ya os hablaré en otro post).

¿Cómo és una capa?

De manera genérica se entiende por capa una prenda abierta por delante, sujetada al cuello, más o menos suelta desde los hombros y con diferente amplitud o vuelo.

Puede llevar elementos añadidos a la pieza base, tales como: la capilla (capucha), las esclavinas (piezas sobrepuestas de largo variado desde el cuello y que cubren los hombros), el cuello o las maneras (aberturas para pasar las manos). Eso sin contar con los ornamentos o cierres para sujetarla: alamares, botones, pasamanería, embozo…

El material empleado para confeccionarlas también ha sido muy variado en función del uso y la persona que la llevaba. Pudiendo ser de cuero o un tejido que iría desde un paño de lana grueso, a un rico y fino tafetán de seda o terciopelo.

Tipos de capas usadas en la historia

La capa ha tenido diversos nombres según su forma, país, época y grupo social que la llevara. Éstas son algunas de las variantes de capas que se usaban antiguamente hasta llegar a nuestros días:

Almuza. En su origen era una esclavina de tela con capucha que cubría cabeza y hombros. Se llevó desde el s.XI hasta el s.XV en el que se eliminó la esclavina y fue sólo un tocado. Podía ser cerrada o abierta abotonada por delante. Fue prenda masculina y femenina. En el s.XIII, cuando cubría los hombros, la esclavina se hizo sin capucha y se llamó muceta.

Capuz. Fue muy utilizado en el s.XII. Era una capa cerrada, larga y holgada, generalmente con capucha, con maneras (aberturas) para sacar la manos. Lo llevaban hombres de cualquier clase social. Se llegó a usar también como indumentaria de gala, ya que, por sus medidas, concedía ese aspecto señorial que se requería en ciertos eventos.

Si llevaba capucha y cola larga se utilizaba como indumentaria de luto.

Albornoz. Fue la capa cerrada con capucha que llevaban los árabes en España. Antes del s.XII sólo la usaban las mujeres y luego fue adoptada por los caballeros españoles. Era de corte muy simple con la capucha puntiaguda, llamada capilla, cortada de una pieza con el resto de la capa. Al final del s.XIX se le llamó así a cualquier capa de mujer abierta o cerrada con capucha usada para vestir, y por extensión las que servían para salir del baño. 

Redondel. Era uno de los nombres que se daba en los s.XIII y XIV a una capa corta con esclavina y sin capucha. Estaba cortada en redondo, como la mayoría de las capas (de ahí el nombre) y tenía aberturas (maneras) para sacar las manos. Solía llevar adornos marcando los hombros y las aberturas. Era semejante al argayo (prenda de abrigo de paño burdo que los religiosos de Santo Domingo solían ponerse sobre el hábito) y al capuz y resultaba muy práctica para jinetes y viajeros.

Bohemio. Fue una capa corta, suntuosa y con vuelo, usada en España en los siglos XVI y XVII.

Ferreruelo. También llamado herreruelo. Era la capa masculina, corta, con cuello y sin capilla, de tejido corriente, que se llevaba en la península ibérica en la Edad Media. Su nombre deriva del feriyûl, una prenda árabe, especie de capa o blusa, de forma poco definida. A los soldados de la antigua caballería alemana que iban con capa se les llamó ferreruelos. En el s.XVI esta capa se alargó y se le añadió adornos de terciopelo o de piel.

Pelerina. Se le llamaba así a una capita de tela, cuero, piel o punto que servía de abrigo o de adorno. Los peregrinos llevaban capa largas o cortas sobre el abrigo para protegerse del clima, de ahí adoptaron el nombre. 

Las pelerinas femeninas que aparecen en textos de los ss. XVII al XIX, eran toquillas de punto, a modo de capas cortas. Tenían caída (pieza de tejido que pende) por delante y éstas se anudaban o se cruzaban. Se conocían también como palatinas. A las ribeteadas de piel se les llamó pellizas, cuyo nombre del latín pellicea, significa “hecha de piel”. 

En el s.XX a la pelerina también se la conocía como esclavina.

Cabriolé. En los siglos XVII y XVIII era una capa con aberturas para sacar las manos. Se llevaba para ir de paseo en carricoche (cabriolé). Podía ir ribeteada en piel. Desde el s.XIII se llamaba pellote, pelliza o sobrepelliz. 

Esclavina. Recibe este nombre cada una de las capitas que llevan los abrigos conocidos como carrick o artois. Se pusieron de moda a finales del s.XIX. Algunos abrigos de mujer podían llevar varias esclavinas superpuestas. Se podían superponer también a una capa más larga, uniéndola por el cuello y cubriendo los hombros.

También se llamó esclavina a la capa corta de cuero o tela, que se ponían al cuello y sobre los hombros quienes iban en romería, y que a veces se usó más larga, a manera de capa.

En la indumentaria femenina la esclavina era una pieza del vestido que solían llevar al cuello y sobre los hombros. Cuando la esclavina era más grande, se la llamó manteleta y tenía puntas largas por delante. La usaban como a modo de chal como abrigo o adorno. 

A la esclavina para hombres y mujeres se le llamó también talma en el s.XIX por el célebre actor trágico francés.

La imagen derecha de la cabecera del post pertenece al cuadro “Salida del baile” de 1894, del pintor Romà Ribera. La mujer lleva una capa corta con esclavinas. Y el hombre un abrigo con esclavina. En la imagen de la izquierda, década de los años 20 del s.XX, la mujer luce una capa que cae drapeada desde sus hombros.

Muceta. Es una esclavina sin capucha que cubre el pecho y la espalda, y que, abotonada por delante, usan como señal de su dignidad los prelados, doctores, licenciados y ciertos eclesiásticos.

Catedráticos en la Universidad de Salamanca llevando la muceta (foto: USAL, extraída de la R.A.E.)

Paletoque. Se llamó así al capotillo de dos haldas (faldas) abierto por delante y por los lados, en forma de poncho, con poco vuelo; sin mangas y largo hasta las rodillas. Llevaba agujetas (correas o cintas para sujetar las prendas de vestir) o botones para cerrarse.

Anguarina. En el s.XIX y principios del XX era un gabán rústico de paño burdo y sin mangas, que se ponía sobre las demás prendas para protegerse del frío y de la lluvia. Era usado por la gente del campo. El nombre proviene de hungarina, porque la llevaban los campesinos húngaros.

El origen de la capa

El nombre de capa designaba originariamente a la capucha (cappa en latín tardío) y en la época medieval ya se hizo extensivo a la pieza que cubría todo el cuerpo con la capucha. Se usaba sobre el vestido o traje. Es estrecha por el cuello y amplia por debajo. Se corta en círculo o medio círculo; en ambos casos, la tela queda al bies con lo que tiene mucha caída. La llevaban hombres y mujeres.

LA CAPA DESDE EL S.XVI AL XVIII

En la segunda mitad del s.XVI la capa masculina de vestir se acortó y la de diario quedó siendo larga. La capa castellana o capa española es un modelo abierto con cuello de tirilla y esclavina de quita y pon. En 1776, Esquilache hizo acortarlas para que fueran de ¾ . A finales del s.XVIII, las capas se usaron sólo para vestir por la noche y con trajes de fiesta y también para viajar.

SIGLO XIX

Hacia 1850 las capas se hicieron más largas y con mangas y capucha muy amplias, convirtiéndose en abrigos. De esta manera, si las capas se usaron de noche, los abrigos se llevaron durante el día.

En este siglo a la capa castellana también se la llamó pañosa por estar confeccionada por tejido de paño de lana; era muy amplia, con cuello bajo y esclavina. Era prenda exclusiva masculina. El forro de los bordes delanteros se guarnecía con un embozo en color rojo (banda de terciopelo que va desde el cuello hacia abajo).

Las capas en el S.XX y XXI

Eran de lana merina con acabados perfectos, vistas de terciopelo, bordados de pasamanería y botonaduras y broches metálicos.

Actualmente la capa masculina está en desuso por considerarse una pieza antigua; sin embargo sí forma parte de la indumentaria protocolaria de ciertos colectivos como las tunas, eclesiásticos, cargos universitarios y trajes tradicionales populares.

NOMBRES QUE RECIBEN LAS CAPAS

Capa magna (es la que se ponían los obispos para algunas celebraciones y actos).

Capa aguadera o gascona (de tela impermeable, para la lluvia).

Capa pluvial (la que se ponen los obispos y presbíteros); capas cerradas y con maneras (aberturas para sacar las manos).

Capa torera (la que usan los toreros). 

Hasta aquí, este paseo por la historia de la capa.

Lydia Comas

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